De Mendoza a Santiago, del mundo gastronómico a la barra, Nadin Elías ha construido una trayectoria donde cada decisión ha sido un paso hacia una identidad potente y coherente. Llegó a Chile movida por la pasión por la cocina, pero encontró en la coctelería —y particularmente en la fusión con el café— un lenguaje más profundo y narrativo.
Con una mezcla de intuición, técnica y propósito, hoy lidera Bar Academy Chile, forma a nuevas generaciones de profesionales y comanda Artemisa Cocktail Bar, un espacio que habla en clave sensorial y emocional. Esta conversación recorre su camino, sus decisiones clave y el presente que la posiciona como una de las voces más influyentes en la coctelería latinoamericana.

Orígenes y vocación
¿Qué te llevó a dejar Mendoza y apostar por una formación gastronómica en Chile?
Lo que me movió fue una mezcla de hambre creativa, intuición y el profundo deseo de encontrar mi propio lenguaje. En Mendoza tenía una fuerte conexión con los sabores y lo sensorial, pero siempre supe que quería salir de mi provincia, quizás nunca imagine que me vendría a Chile pero se dió y estoy muy feliz.
¿Cómo descubriste que la barra podía ofrecerte una forma más libre y expresiva de crear, más allá de la cocina?
La cocina fue mi escuela de estructura, pero la barra me dio la libertad. Me enamoraré instantáneamente de la coctelería: me di cuenta de la infinita posibilidad de crear.


Construcción de identidad profesional
Al principio, como bartender joven, ¿Cómo fue enfrentarse a una industria marcada por estructuras masculinas y técnicas rígidas?
Fue desafiante. Muchas veces sentí que tenía que «demostrar» más para ser escuchada o validada. Pero nunca quise imitar ni encajar. Aposté por traer algo distinto: profesionalismo, estructura, estética, y eso con el tiempo se volvió mi fortaleza.
¿Qué decisiones te ayudaron a construir una voz propia dentro de la barra y empezar a ser reconocida por tu estilo?
Creo que parte de mi sello es ser líder. Ser colaboradora desde un espacio más íntimo, enseñando, siendo solidaria con todo lo que se, compartiendo espacios, esas para mi fueron mis decisiones para que se vea quien soy. Pero sobre todo, crear espacios propios como Artemisa y Bar Academy, donde dejo volar mi imaginación a niveles infinitos.


Formación y docencia
¿Cómo nació tu vínculo con Bar Academy Chile y qué fue lo que te motivó a enseñar, además de crear?
Bar Academy fue al principio un espacio de paso, y terminó siendo una plataforma de transformación. Descubrí que enseñar no era solo compartir técnica, sino transmitir visión, empoderar y romper con ciertos mitos que aún circulan en la formación. Enseñarme ayudó también a ordenar mi pensamiento creativo y devolver lo que a mí me faltó cuando empecé.
¿Cuál crees que es hoy el principal error de enfoque en la formación de bartenders, y cómo lo enfrentas en tus clases?
Muchos cursos se enfocan solo en la técnica y olvidan la mirada creativa, la cultura general, y la emocionalidad que hay detrás del oficio, se olvidan de la clave del servicio que es la HOSPITALIDAD, en mis clases profundizamos en eso, tanto como en el conocimiento de los cócteles.
Un bartender que sabe mezclar, pero no sabe de hospitalidad, se queda a medio camino.

Artemisa y la coctelería con café
Artemisa tiene una propuesta muy clara: coctelería con café. ¿Cómo surgió esta idea y cuál fue la necesidad que vino a responder?
Surgió como una respuesta a mi necesidad de crear un concepto que uniera dos mundos que amo: el café y la coctelería. Me parecía que el café había sido posicionado de una manera muy distante a la coctelería y que merecía un lugar protagónico, con respeto a su origen y posibilidades sensoriales.
Artemisa no es solo un bar, es una experiencia narrativa: lo que quería era construir un espacio donde lo líquido fuera una forma de expresión emocional y artística.


¿Qué descubrimientos técnicos y sensoriales has hecho al trabajar el café como ingrediente base en una carta de autor?
Muchísimos. Descubre que el café no solo aporta amargor, sino acidez, dulzor, textura y origen. Que puede comportarse como un destilado, como un amargo o como un perfume, dependiendo del método. También aprenderá que dialoga increíblemente bien con ingredientes botánicos, lácteos, especias y fermentos. Y que no hay una sola forma de “mezclar café”, sino infinitas posibilidades si lo tratamos con respeto y curiosidad.
Presente, proyección y legado
Hoy participas en congresos, torneos y colaboraciones internacionales. ¿Qué tipo de discurso buscas llevar a esas plataformas?

Me interesa llevar un mensaje de coctelería con identidad, con raíz y con propósito. Hablo desde lo latinoamericano, lo sensato, lo intuitivo. Desde la construcción de comunidad.
Creo que el rol del bartender del futuro no es solo preparar bebidas, sino crear puentes culturales y emocionales, es ser culto, conocedor, curioso, me apasiona compartir esto que me brota con personas que les pasa lo mismo.
Si te encontraras con la Nadin que recién llegaba a Chile, ¿Qué le dirías hoy desde este presente consolidado?
Le diría que no pierda su seguridad, que no tenga miedo, que su intuición es buena, que no se rinda, que eso que está en su interior es real, que los sueños que está construyendo se harán realidad, solo con trabajo esfuerzo y pasión.
Reservas
Reservar: artemisa-bar.cl/#reservas
Dirección: Tajamar 287. Las Condes. Santiago.